miércoles, 21 de mayo de 2014

Los perros caniches del General comían cebolla, ajo, chocolate y pollo





El General sabía que había una estrategia, de las grandes corporaciones de alimentos procesados para canes (no el festival imperialista, sino los perros) de psicopatear boludos propensos a ni siquiera aplicar la más mínima lógica. ¡Carajo!
Los animales perrunos, como sostenía Perón, tienen un organismo parecido al de los humanos. Más vale que si como 1 cajón de 50 kilos de cabolla no solo me voy a enfermar, sino que quizás puedo morir. ¿Puedo morir? No lo sé, no voy a hacer la prueba ni dar la vida por este post,si doy la vida por alguien será por Perón, que total ya está muerto, pero el caso es que cualquier perro tendría que comer un montón de cebolla durante muchos días para que le haga mal, eventualmente. Lo más probable es que ni aún así le pase nada.
Pasa que al perro no le gusta la cebolla. Como a todos los niños.
Aunque, mezclada dentro, por ejemplo, de una hamburguesa, la come. Y no, boludo, no, no le pasa nada. Obvio que no le pasa nada. Es un mamífero, como nosotros. Pero esencialmente carnívoro: como nosotros, también. Sin las proteínas de la carne no hubiéramos evolucionado hasta el punto civilizatorio en el que la ciencia que nosotros creamos sabe con qué ´proteínas del reino vegetal podemos reemplazar las proteínas cárnicas; involucionando hacia la posibilidad del veganismo. Fíjate tu....
Distinto es el caso del pollo, con eso sí hay que tener cuidado. El mismo cuidado que las personas mayores o los niños: hay que cuidarse de los huesos del pollo. Por lo demás, no pasa nada. Al contrario, le hará bien al perro comer pollo. Y lo más probable es que le guste mucho.
Como los animales, en este caso los perros, no cocinan sus alimentos; su organismo está habituado a los huesos. Más un animal de carroña -dicho en el estricto sentido científico- como los perros, descendientes de los lobos. Eso sí, el hueso sometido a altas temperaturas, astilla. Y más si son huesos pequeños como los de pato, gallina, boquenses y pollos.
Es así, compañeros. Fin de la controversia.

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